En la cocina
Descubrí que me gusta cocinar.
Antes no me agradaba, de hecho, cualquier tipo de accion precedida de una orden, mandamiento o tono imperante me deja un sabor de anarquía podrida en la boca. Últimamente, como lo hago por mi propia cuenta y sin nadie que me moleste o me corrgia, se ha convertido en una terapia demasiado buena para mi.
Sé que necesito comer, ahi se genera una necesidad. Sé que personas cercanas comerán conmigo. Eso genera sentido de pertenencia y ganas de impresionar. Cinco días a la semana soy creativa en una manera tan linda. Mezclo, exprimo, caliento y el resultado queda tan colorido, tan vegetaleado... tan saludable y rico.Gourmet Channel, serviste de algo.
Luego, me encanta pensar que a mis comensales les gusta. Me gusta ver que pregunten ¿quedó más macarron verde?, ¿tienes otro pimiento relleno?... y eso lo dice mucho mi padre, claro, debo enfocarme más en la demás gente, porque estoy empezando a pensar que mi padre comería cualquier cosa que yo prepare, no importa como sepa y tener la audacia de terminar el plato, y llegar a decirme: "Gracias nena, estuvo delicioso".
PD. Hoy hice galletitas de avena.
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