Blogia
Silence Is Sexy

Masa elástica llena de huecos

Se que nos está llendo económicamente bien cuando regreso a casa con una esponja de baño nueva.

No tiene que ser extremadamente bonita, ni con muchos colores, ni de figuras graciosas, multifuncional, importada o cara... una esponja común y corriente hace el truco. El mero hecho de darme el gusto con una esponja nueva quiere decir que por un momento dejé de pensar en los gastos ordinarios, de primera necesidad, etc... y puedo enfocarme solo a mi cuidado personal. ¡Y vaya!, una esponja nueva es la mejor manera de celebrar los buenos tiempos.

Esta vez no pude dejar de pensar en cuanto tiempo faltaba para la hora del baño, para la hora en que haría toda una ceremonia de graduación. Poner la vieja esponja en la basura con un pensamiento de "vete al cuerno estúpida cosa usada" y abrir la nueva. Que bueno (y necesario) era aquel cambio. No es suave, cosa que me encanta... esa sensación de salir como nueva del baño es algo que solo una esponja te puede dar.

Cualquier ecologista me va a matar cuando diga que duré más de 30 minutos con mi nueva compañera, pero como en las relaciones íntimas, hay que dejar muy en claro que le gusta a uno, como le gusta, que tan suave, que tan fuerte. Todos esos detallitos importantes.

Tal vez, lo que más me gusta de ese artículo nuevo es la razón sentimental. Hace tanto tiempo que no tengo algo que me haga muy felíz. Algo banal, pero que me alegre el día... MÍ día. Siempre tengo yo que hacerle la vida menos complicada a alguien, que fue bueno encontrar algo pequeño que me diera fuerzas (y una piel más exfoliada Risa).

Punto menos para la esponja es que, en más o menos 3 semanas voy a querer cambiarla. Y no va a ser hasta después que mi codicia me deje comprar una nueva.

1 comentario

Moztro -

Al menos la esponja es relativamente útil, yo suelo comprar cosas completamente descabelladas a manera de placebo.